Noticia basada en una idea de María Escriu
“Mi mamá siempre me decía que era
especial, pero luego en el colegio empezaron a llamarme y tonto y, actualmente,
ya no sé que soy” Así nos lo cuenta Pedro que, a sus treinta años de edad ha
reconocido sufrir una crisis de identidad.
“De pequeñito era el chico
especial de la familia, y del barrio incluso- nos confiesa con orgullo -pero
después empecé a ser el tonto de la clase.” “Al principio intenté ser especial
y tonto a la vez, pero era mucha presión. A veces me portaba como un tonto
cuando estaba con mi familia y, en general, se me mezclaban bastante los
papeles” nos confiesa. “No sirvo para llevar una doble vida”.
“Una vez fui a un psicólogo para
ver si podía ayudarme pero al contarle mi problema me preguntó si era imbécil y
salí rápidamente.” nos revela. “Lo que me faltaba era más confusión sobre mi
persona”.
Por nuestra parte le hemos
aclarado que a nosotros nos parece claramente tonto y, de hecho, cumple casi
todas las cualidades para ser un tonto de libro. Parece que la idea le ha
animado, y al finalizar la entrevista ha proclamado muy emocionado que ya basta
de ser especial. “Eso estaba bien para cuando era pequeño, pero ya soy un
hombre hecho y derecho, y a partir de ahora únicamente seré tonto.” “Uno tiene
que centrarse en esta vida si quiere llegar a algo”, nos ha susurrado con un
guiño al despedirse.
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