Un equipo de investigación
tecnológica estadounidense ha publicado esta semana la patente de este nuevo
aparato. “La idea no es reducir el ruido, como ya hacen muchas cosas hoy en
día, sino conseguir eliminarlo totalmente.”
Según han comunicado en ruedo de
prensa, “este proceso se realizaría
mediante la absorción supramolecular de las partículas motivadoras de la
distorsión espacio temporal.”
Al lograr más tarde una
entrevista a solas con los creadores, estos nos han confesado que “lo que hemos
dicho en la rueda de prensa, no sólo no se entiende, sino que además carece de
sentido”. “Es francamente estúpido” ha añadido su compañero. Por esta razón han
accedido a darnos lo que ellos consideran “la explicación para dummies” del
aparato: “Ya que el sonido es tan sólo ondas, lo que este aparato hace es
eliminarlas. En resumen, deja el aire más plano que el pecho de una nadadora”.
Aunque se ha desarrollado con fines militares, no se
descarta su utilización en las cenas con los suegros de los domingos. También
han recibido numerosos encargos de guarderías, que consideran que “una de las
cosas más importantes en el crecimiento de los niños es llegar vivos a la
madurez, algo que resultará mucho más fácil sin los instintos asesinos que
produce oír sus gritos durante todo el día”.