lunes, 26 de mayo de 2014

A sus 63 años vive como si aún fuera joven


Juan, residente en Madrid desde 1951, continúa paseando diariamente por su barrio y “haciendo vida de jovenzuelo” según sus conocidos. Conoce todos los parques de la ciudad y la mayoría de cafés y restaurantes que están de moda actualmente y en las últimas semanas ha señalado que se apuntará a clases de esgrima porque “nunca es tarde para aprender”.

“Es indignante” opinan sus vecinos. “Tú vienes a casa jodido por el trabajo y por todo y te lo encuentras en el ascensor sonriendo y hablándote del buen tiempo que hace o lo bien que se lo ha pasado ese fin de semana.” Ha declarado Manu, el del séptimo. También afirma que “Nadie lo dice en voz alta, pero por los rellanos se comenta que a ver si la salud le da algún susto y se le pasa, que no tiene ya edad para ir por ahí disfrutando de la vida.”

Ante esta anomalía sus familiares han decidido llevarle a un especialista para su estudio, quien ha dictaminado que “a su edad debería estar pensando en la jubilación y en las cosas que no hizo en la juventud y que ya nunca podrá hacer, en lugar de ir por ahí derrochando vitalidad.” “Aún no entendemos muy bien a qué se debe el comportamiento que muestra pero estamos seguros que hallaremos la cura tarde o temprano” ha añadido más tarde queriendo tranquilizar a la familia.



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