martes, 26 de noviembre de 2013

Navidades consumistas

Buenas, como mis seguidores de Twitter (que sospecho que sois todos los que leéis esto menos mi madre, que de hecho ni siquiera lee esto) habrán podido ver, durante los últimos días he hablado de las navidades consumistas, calificándolas como algo positivo.
Esto, que podría ser una cantada de Toni Cantó, tiene su sentido. Yo no elogio lo que técnicamente los expertos llaman “consumo francamente estúpido”, véase salir de casa con 20€ y volver sin nada porque te lo has gastado en “tonteriítas”. Yo hablo del consumo GRATIS, que por principios es el que más nos gusta a todos. Ejemplos de este consumo son: las luces navideñas, los árboles navideños… la decoración navideña en sí vamos; sin olvidar a la gente esa tan maja que te da muestras gratis de sus productos, de las que tu coges cuatro o cinco para asegurarte de que realmente te convencen y al final no compras el producto.
Ahora que ya ha quedado claro que es gratis, ya nos mola más a todos. Pero seguro que hay alguien (o lo habría si estos lo leyeran más de tres personas) que piensa que todas esas cosas se cargan el verdadero espíritu de la Navidad (si alguno de vosotros piensa eso ponedlo en un comentario, aunque sea insultándome, que lo de tener 0 comentarios queda muy triste).
Y digo yo, ¿cuál es el verdadero significado de la Navidad? Porque si esa gente es atea o agnóstica no pensará que el significado de la Navidad es celebrar la venida de Dios al mundo y, como es gente “anticonsumo”, los regalos son algo totalmente secundario que podrían eliminarse, por supuesto, que ellos los siguen pidiendo y recibiendo, pues… para no quitarle la ilusión a sus padres y a los que se los compran. Así que básicamente nos queda como significado “estar con la familia y aquellos a los que queremos”.
Y digo yo, ¿va el consumo en contra de eso? ¿Tú les dices a las personas que quieres de veros y ellas te contestan que no pueden porque van a ver los adornos de Navidad de los centros comerciales? (porque entonces el problema es que ellos no te quieren a ti, sin acritud). ¿Cuándo paseas con tu familia por delante del Cortilandia, uno de los osos gigantes esos que han puesto este año se baja y se los carga? Por el contrario, yo creo que muchos abuelitos que pasean a sus nietos se alegran de poder enseñarles algo distinto y vistoso y que amigos y compañeros quedan con la excusa de ver la pista de hielo de Callao o simplemente la decoración de alguna calle.
¿Ganan dinero las empresas con todo ello, consiguen que consumamos (gastemos) más? Indudablemente, pero tenemos que empezar a pensar que el hecho de que alguien que no seamos nosotros gane dinero no es tan malo.



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