A pesar de que en la carta había
escrito: “cuando leas estas líneas yo ya estaré lejos”, continuaba en el
aeropuerto horas después de que ella terminara su carta.
“Es indignante, le ha dado tiempo
a venir hasta aquí y me ha montado un número francamente bochornoso.” afirma
Francisco que, tras vivir del sueldo de su novia durante dos años, decidió
poner fin a la situación esta mañana cogiéndola prestado el dinero suficiente
para poder comenzar una nueva vida en Francia. “Lo hice para hacerla feliz- nos
cuenta- solo quería marcharme a otro lugar para no ser un lastre en su vida. La
quiero tanto que no soportaba ver su cara cuando la dijera que me marchaba, por
eso le dejé la nota.”
Desgraciadamente para él, su
vuelo sufrió un retraso de varios horas, por lo que a su novia le dio tiempo de
sobra a llegar hasta el aeropuerto “No debí decirle el vuelo, pero soy humano y
a veces me equivoco” ha reconocido muy humildemente.
Francisco ya ha demandado a la
compañía porque afirma que “Hacer algo tan importante en la vida de una persona
como es retrasar su vuelo, sin dejar siquiera una nota informando de ello, es
sencillamente degradante para los pasajeros, que se sienten utilizados.” “Es
increíble, parece que no tuvieran sentimientos, no les importa el sufrimiento
de la gente” ha añadido. A dicha demanda está pensando añadir una por daños
psicológicos en nombre de todos los pasajeros que tuvieron que sufrir el
escándalo que le montó su novia al encontrarlo, ofreciéndose a organizar y
administrar el dinero de la indemnización, ya que no quiere que el resto de
pasajeros tenga que preocuparse de algo tan banal y sin valor alguno como es el
dinero.
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