jueves, 28 de noviembre de 2013

Acude todos los días a clase y aun así no es el más popular de su facultad

Manolo, que todos los días va a clase con cinco minutos de antelación para poder asegurarse un sitio en la primera fila, ha confesado “no saber que más hacer”.
“He hablado con los profesores al final de cada clase para que me dieran algún consejo, pero esto no parece haber mejorado las cosas.” Estudiante de matrícula, se preocupa diariamente de que sus compañeros reciban una mejor educación, recordándole al profesor parte del temario en caso de que se le haya olvidado y estableciendo un sistema de asistencia obligatoria a clase, para ayudar al resto de alumnos a “vencer esa incómoda pereza que a veces te da”. “El otro día hasta conseguí que el profesor diera media hora más de clase” nos cuenta. A pesar de todo esto su grado de popularidad en la clase no es muy elevado e incluso “hay gente que me mira mal. Se creen que yo no me doy cuenta, pero les veo”. Sus compañeros solo acuden a él cuando hay que realizar trabajos en grupo. “Supongo que es mi inteligencia lo que les coarta, no entiendo que otra cosa puede ser”.

Admite que esto también le pasa en otros lugares, como las academias a las que va o incluso en su casa “Muchas veces mis padres me dicen que se van a pasar la tarde con unos amigos, pero simplemente se bajan al bar de abajo.” Por su parte, los padres han declarado que “pueden estar haciéndole la entrevista al chico el tiempo que deseen. De hecho, si quieren hacerle un reportaje de varios meses nos parece bien, podemos pagarles el hotel para que le alojen.”

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