viernes, 7 de febrero de 2014

No estás tan buena

En el mundo hay tías buenas, todos lo sabemos. Las vemos a diario en la televisión e Internet (de hecho hay gente que prácticamente no ve otra cosa en Internet), pero también en nuestro día a día. En el metro, en la calle, en nuestro antiguo colegio o en la universidad, vemos diariamente mujeres atractivas. La pregunta es, ¿qué diferencia hay entre una de esas mujeres y una “tía buena”?
Las TÍAS BUENAS pueden llegar a ser bastante molestas. Estas mujeres, tal y como las define Ricardo Castella en uno de sus monólogos, son aquellas que no sólo están buenas, sino que lo saben. Y saben que tú lo sabes. Y te miran diciéndote con la mirada “¿Ves este cuerpo? ¿Te gustaría tenerlo? Pues no lo vas a tener, nunca.” Pues bien, hoy no vamos a hablar de ese tipo de tías buenas.
Un caso muy distinto son aquellas que DICEN que está buenas. Lo dicen constantemente, a los cuatro vientos a todo el que quiera oírlas (y alguno que no quiera pero pase cerca). Además, para reforzar su teoría, estas chicas suelen tener una gran experiencia con los hombres y un numeroso séquito de admiradores detrás. La explicación de esto, contada para los hombres, es que te repiten tanto lo buenas que están que tú al final terminas aceptándolo y viéndolas como a tías buenas. La explicación contada para las mujeres es que son unas furcias (lo cual seguramente ya habíais pensado vosotras mientras leíais el párrafo anterior).

Estas mujeres, superficiales y obsesionadas con su físico, suelen resultar muy divertidas cuando las conoces más a fondo (sin dobles sentidos, que hay gente que piensa muy sucio por aquí). Chicas bastantes seguras de sí mismas y por tanto, capaces de reírse de sus defectos, su físico, su relación con los hombres… Gente con la que puedes pasarlo bien.
Y por último están las tías que se CREEN que están buenas. No lo dicen y si lo preguntas, contestan que se consideran del montón, pero en su fuero interno se creen una tía buena por encima incluso de todas las modelos y reinas de la pantalla, ya que su belleza “es más real y más interior” (bajo sus capitas de maquillaje, claro), y no se basa sólo en su físico (casi perfecto), también en su fantástica e intachable personalidad. Estas chicas también han estado con una gran cantidad de hombres, pero no como en el caso anterior, con ellas cada chico era especial, ya durase sólo una semana o saliesen con él mientras continuaban viendo a su ex.

Yo, sinceramente, quiero ayudarlas. Porque no es fácil ser ellas. No es fácil vivir sabiendo que todo lo que hace la gente a tu alrededor en el fondo se debe a lo buena que estás, sabiendo que si alguien hace alguna broma sobre tu físico es porque ha pasado largas noches sin poder dormir pensando en tu cuerpo. Saber que cualquier hombre que te mire en la calle es un enfermo, un obseso que solo piensa en acostarse contigo. No es fácil vivir con tanta gilipollez en la cabeza. Por eso, desde aquí les envío mi apoyo y una frase que espero que les ayude a vivir con su problema.


Chicas, no estáis tan buenas.

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