domingo, 27 de julio de 2014

Análisis de un prospecto

A mis 20 años, creo que hoy ha sido la primera vez que he leído el prospecto de un medicamento. Entero. No como lo leen muchos adolescentes, que se fijan únicamente en esta parte y se ponen ciegos a Zaditen (nunca mejor dicho, ya que es un colirio).


Y es una pena, debería haberlo hecho mucho antes. En este pequeño papel es dónde las farmaceúticas de verdad se sinceran contigo, se olvidan del dinero y te dicen lo que es mejor para ti. De hecho, antes de que vayas a usarlo, ya te recomiendan no hacerlo. Ya te has dejado la pasta, no te dejes también la vista.


 Pero aquí también encuentras consejos útiles, dónde los farmaceúticos aplican todos sus estudios y experiencia. Por ejemplo, si te has olvidado de usar el medicamente, vuelve a usarlo cuando te acuerdes. No antes, porque no se puede retroceder en el tiempo y no después, porque seguro que se te vuelve a olvidar, que tienes la cabeza pájaros.



Y por último, es vital leer los prospectos para conocer los efectos secundarios que pueda tener el medicamento. En este caso eliminan los tecnicismos para decirnos que Zaditen puede tener efectos adversos, como todos los medicamentos (que a ver si nos creíamos que esto era la panacea). Pero para tranquilizarnos añaden que no todas las personas lo sufren, lo mismo te toca lo mismo no. La nueva ruleta rusa consiste en reunirse una serie de amigos con una dosis de Zaditen para cada uno y disfrutar del riesgo.




Pd: tras leer esto, mi madre ha insistido en que me eche una dosis en cada ojo. Se admiten apuestas sobre si me tocarán los efectos adversos.

jueves, 17 de julio de 2014

El sueño de una noche de verano


“Pasó la noche soñando, pero tan sólo cuando despertó se dio cuenta de que podía hacer esos sueños realidad.”

Con esa frase, que puesta en cursiva y entre comillas parece una cita de algún texto interesante, pero que me acabo de inventar (y que desde luego no pertenece al guión de la espléndida obra teatral de la que esta entrada toma el nombre), introduzco el extraño texto de hoy, que no se muy bien como catalogar. Tras los exámenes de mayo decidí hacer una pausa estival en el blog (porque lo de escribir noticias chorras en el fondo cansa), pero últimamente tengo varios proyectos (de esos que se olvidan en Septiembre) y pensé que, ya que el bloc es mío, pues los pongo.

En primer lugar conseguí hacer el festival de magia que llevaba tanto tiempo planeando, y tanto los magos que acudieron como el público, me animaron a hacer sucesivas ediciones, así que seguramente el próximo curso haya un nuevo festival (probablemente con malabares y más cosas, además de magia).

También he cogido bastante interés por YouTube durante estos meses, aficionándome a algunos, como Lou o El niño de la hipoteca. Tranquilos, eso no significa que me vaya a intentar hacer YouTuber en septiembre (aunque también dije que no me haría blogger, así que tampoco os fiéis demasiado), pero sí he considerado que, si todo el mundo tiene vídeos malos en la web, por qué yo no.

Por último, tras una actuación en la que disfruté muchísimo y unos días de práctica, he retomado con fuerza mi amor hacia los malabares, volviendo con los de toda la vida y probando algunas cosas nuevas.

Como resultado de todo esto, ayer conseguí grabar mi segundo buen vídeos de malabares, que saldrá en el canal de un nuevo amigo próximamente (en días, meses… ¿quién sabe?) y que, por supuesto, promocionaré por aquí.

Pero para que veáis que todo esto no se queda en mera palabrería, he subido ya a YouTube 4 vídeos de una calidad francamente mala, con los que comienzo y experimento, tanto a nivel de malabares, como de creador de vídeos. Y rentabilizo mi material de tenis.

En primer lugar os ofrezco un maravilloso vídeo en el que ni siquiera he editado el ruido de fondo y la cámara se mueve estratégicamente para que las pelotas se salgan de plano. En él me podéis ver haciendo malabares con lo que, seguramente, sea un elemento nuevo para todos vosotros. Para los que tengáis una raqueta vieja y no sepáis que hacer con ella, probar esto.
A continuación ofrecemos diversos usos que se le pueden dar al bote en el que vienen las pelotas, sentado o de pie (a gusto del consumidor).


Y como plus, un “Anything can be juggled” (que pongo en inglés porque en español no exite el verbo malabarear). Un número menos bonito que los anteriores, pero útil para que veáis que no hace falta llevarse malabares a una piscina, todo sirve.


Pd: Como siempre, doy la bienvenida a comentarios. Pero dejemos clara una cosa, todos sabemos que estos vídeos son una mierda. Y que el máximo de edición que les haya hecho sea poner en vertical los que me grabaron girado no dice mucho bueno de mí. Pero tomad esto simplemente como una declaración de intenciones y un aperitivo de lo que vendrá (vídeos con malabares de toda la vida y grabados y montados por gente que sabe del tema).

Pd2: Dicho esto, le veo cierta gracia a los vídeos grabados a lo cutre e improvisados (no creáis que estas cutreces estaban planeadas) así que tal vez suba más.

Pd3: Soy adicto a esto de las posdatas. No, ahora en serio, feliz verano a los que leáis esto y un saludo a mis fieles seguidores americanos (que aún no se quienes son, pero siguen llegando visitas).