Ayer unas compañeras de la universidad preguntaron al
profesor de Relaciones Públicas si podía dar una charla sobre speeches. El hecho de usar esa palabra
en lugar de discursos ya se merece
una guantá, pero no es de eso de lo que hablaremos hoy. Durante la
conversación, en la que le pedían contactos con gente que fuera buena en eso,
mencioné mi relación con el teatro (que me da algo de formación y contactos),
lo que hizo que todos se miraran pensando “¿que tendrá que ver eso (del mundo
perroflautil) con el mundo de los negocios?”.
Porque sí amigos, ahora se han puesto de moda los talleres
sobre hablar en público, expresión corporal y como conquistar a tu auditorio,
pero ¿cómo vas a relacionar eso con los tíos raros que se suben a un escenario
a interpretar un papel?. Es cierto que ambos tienen la misma función: subir al
estrado y convencer a los demás de lo que les cuentan (ya sean las razones por
las que hay que invertir en su empresa o su historia de marido infiel que tiene
que ocultárselo a su pareja), y que utilizan los mismos métodos (su cuerpo y su
voz, ya que si se puede quitar el ppt de una presentación, mejor); pero
quitando eso, ¿qué más coincidencias hay?. ¿Por qué escuchar a alguien que
estudia eso desde la adolescencia, combinando distintas escuelas y experiencias
y vive de ello (como pueden ser los cientos de profesores de teatro que hay
solo en Madrid), pudiendo oír a un hombre que estudió ADE, hizo un máster sobre
marketing y finalmente un curso de dos años sobre como dar discursos?
Personalmente, creo que a este país le va a ser muy
difícil crecer mientras sigue manteniendo tantos prejuicios hacia el mundo del espectáculo. Nos quejamos
de que nuestros políticos no tienen carisma ni saben hablar en público (lo cual
es totalmente cierto). Bien, los grandes políticos británicos, americanos y
Hitler (que nadie podrá negar que era un maestro en discursos a las masas)
dieron clases de dramatización, porque la política y los discursos no son más
que teatro y nadie sabe más de eso que los que viven del teatro. Mientras
sigamos considerando que el teatro es para niños y gente que no quiere estudiar
y a la que no le importan el negocio y el dinero, seguiremos teniendo políticos
y directores generales sin idea de como cautivar a su público.
Y voy a ir un paso más allá. También se habló de la PNL
(programación neurolingüística) un campo apasionante acerca de como influir en
las decisiones de los demás utilizando el cuerpo, la voz y determinados gestos
y palabras. Pues uno de los gremios que más te pueden enseñar acerca de ello
son los magos. Si, esos tíos que sacan conejos de sombreros y que solo puedes
permitirte verlos sin en una fiesta infantil (porque los adultos son demasiado
serios para ello). Esos tíos con los que numerosos científicos americanos ya
están colaborando para descubrir como funciona la mente (buscad el libro Los engaños de la mente para verlo).
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