Hola cariño. Te escribo ahora que retomamos nuestra
relación de forma más seria tras las esporádicas visitas en verano.
Temo dañarte con mis palabras, pero considero importante
que dejemos clara nuestra situación de cara al futuro del curso. Te quiero,
pero sabes que nunca podré ser totalmente tuyo. No es por ti, soy incapaz de
comprometerme al cien por cien. Me gusta pasar las tardes a tu lado, pero sabes
que por las noches me escabuyo con otras artes. He retomado mi relación con el
teatro, al que veo los martes, y estoy comenzando una relación con una chica
joven y atrevida llamada baile.
Además, durante el verano me reencontré con uno de mis
grandes amores, con el que había perdido contacto los últimos cursos, y ahora
queremos tratar de recuperar todo el tiempo perdido. Este mismo fin de semana
he pasado todo el sábado con ella, y también la veo mucho en los ratos muertos.
Pero ya sabías de mi pasión por los malabares cuando te conocí.
Respecto a la magia, parece que nos veremos menos durante
este año, pero no quiero engañarte, has de saber que cuando tenga una
actuación, iré corriendo a sus brazos y seguramente me olvide de ti mientras
dure el espectáculo.
Sé que la situación no es fácil, pero tú también tienes
muchos otros amantes. Diariamente veo jóvenes en la universidad, dispuestos a
dedicar a ti su vida, muchos de ellos con esa torpe pasión que caracteriza a
los enamorados. Nuestra relación es muy buena, y seguramente tendríamos un gran
futuro juntos, pero tienes que saber que no soy hombre de una sola profesión.
Ayer mismo tuve un breve escarceo con mi guitarra, y aunque la música ya me
haya mostrado varias veces que no somos compatibles, el piano y la batería
también han sentido el tacto de mis manos en más de una ocasión.
Y no solo son otras artes las que me apartan de ti. Mi
mejor amigo, el humor, que me acompaña desde pequeño, me lleva muchas veces a
rincones a los que nunca iría solo. Escribir textos, canciones, vídeos,
improvisación… con él he vivido mis mejores momentos y no hay nada que no me
atreva a hacer si me acompaña.
Por parte de mis padres, tranquila, cuentas con todo su
apoyo. A pesar de que lo aceptan, sé que estarían más tranquilos si dejase a
las otras y sentara la cabeza contigo. No paran de hablarme de lo buena pareja
que hacemos y de lo bien que podríamos vivir juntos. A veces me hacen quedar
con tu amiga, el inglés, pero saben que nunca llegaremos a nada serio y que
solo me servirá para avanzar más con mis otras relaciones.
Solo quería contarte todo esto para que fueras consciente
de la situación. Seré tuyo cuatro horas al día (aunque tenga que soportar a tus
amigas, como la economía o el derecho) y estaré encantado de verte y saber
sobre tí en mi tiempo libre, pero me temo que no puedo darte la totalidad de mi
vida.
Con todo mi cariño
Guillermo
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